sábado, 16 de diciembre de 2006

Darfur, pruebas del genocidio


El Tribunal Internacional de la Haya, Naciones Unidas y la Oficina Europea de Derechos Humanos ya tienen en sus manos el documental Darfur, pruebas del genocidio, grabado por dos “freelance” españoles en tierras donde hace tiempo que la presencia de las ONG’s y la ONU es casi inexistente. En el vídeo varios miembros de la tribu de los Fur cuentan sus experiencias de violaciones y torturas cometidas por el ejército de Sudán, y reclaman atención al resto del mundo. Gracias a estes testimonios se espera que los tribunales internacionales reaccionen a tiempo y se den cuenta de una vez de que esa gente no es sólo un número y que su dolor físico y psicológico no vale menos que el de cualquier americano o europeo.

África, de nuevo, es el escenario de un drama. En Darfur, y ante la actitud, otra vez más, pasiva, indolente y pusilánime de Occidente se está llevando a cabo un genocidio desde el año 2003. En este territorio al Oeste de Sudán hay un conflicto bélico no declarado en el que tribus árabes (llamadas janjaweed) respaldadas por el Gobierno de Jartum, hostigan a los sudaneses africanos (en su mayoría pertenecientes a la tribu de los Fur). En el conflicto ya han muerto más de 300.000 personas, hay más de dos millones de desplazados, desaparecidos, violaciones, torturas, pillaje, secuestros… La situación es de tal gravedad y abandono que gran parte de las ONG’s que allí trabajaban se han visto obligadas a marcharse y apenas quedan dos o tres, al igual que un par de enclaves de la ONU.

Para los autores del documental la masacre que el Gobierno sudanés está alentando es una revancha tras haber perdido la guerra con los cristianos del sur. Ahora, tienen arrinconados a los Fur en campos de refugiados en la frontera con Chad y allí los acosan continuamente robando su ganado, violando a las mujeres o matando a sus miembros. El gobierno de Jartum acusa a los hostigados de adaptar el islám a sus costumbres tribales, pero en realidad no se trata de una guerra de religión, sino más bien un conflicto por el reparto de los beneficios del petróleo y una cuestión de racismo.

Cuando te encuentras con casos como éste es imposible no hacerte preguntas sobre por qué a estas alturas siguen sucediendo semejantes atrocidades. Sin duda, estamos gobernados por los malos. ¿Dónde están los "tanques pacificadores" del señor Bush?¿Y sus ansias de instaurar la democracia en todo el planeta?¿Acaso ahora y allí no interesa?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nadie habla de estas tragedias en los medios porque no vende, es muy triste pero la cruda realidad